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Y mira que Tevenet avisó que el Melilla era un “equipo correoso” pero es que llevamos cinco jornadas de Liga, más la de Copa contra el Guadalajara, que empezamos perdiendo y con su posterior lucha en contra. Primer minuto y gol de Miguel Montes para los locales. Al norte de África, cruzando el Mediterráneo, el Cartagena volaba para traerse los tres puntos. Tarantino se quedó fuera con unas molestias físicas y en su lugar entró Diego Segura, muy lejos de su mejor nivel.     

Fede, que tiene a la afición muy mal acostumbrada con sus goles de remontada, por medio de un tiro al palo dio el primer ¡Uuy! El Melilla seguía en su empeño de hacer más sangre en la herida. El Cartagena no reaccionaba. La entrada de Diego Segura como media punta no ocasionó el resultado esperado y, a pesar de sus intentos, los pupilos de Tevenet se fueron al descanso con la idea de que ha sido una intensísima primera parte pero no con el resultado soñado.

El Melilla es un conocido de la categoría y de los jugadores blanquinegros; los dos equipos han llegado con las fuerzas muy igualadas.          

La segunda parte comenzó con el mismo planteamiento. El Cartagena tiene llegada pero no llega a rematar. Una falta escorada lanzada por Riau apenas tuvo consecuencias. Las que si las tuvo fue el segundo gol del Melilla que puso más cuesta arriba el encuentro. ¿Una remontada como contra el Arroyo? Un 2-0 en contra fue lo que luego se terminó venciendo. Es que ni de falta se consigue marcar. La defensa está muy blandita, no tienen contundencia, es un colador.                

Pero como dicen, la esperanza es lo último que se pierde y Mejias, con sólo cuatro minutos en el terreno de juego, puso el color verde a un marcador para acortar distancias. El gol propició que los jugadores pusieran el acelerador porque no se daban por vencidos y querían empatar. Pero no. Se llegó al minuto final y otro resultado para olvidar y aprender. Tal y como dice el Presidente, Fran de Paula, en su cuenta de Twitter, “este equipo es grande y nos dará muchas alegrías. Queda una semana para quitarnos la espina y empezar a sumar”. Pues eso. A cambiar el chip y que el próximo partido sea el partido de la victoria.