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¡Que nos quiten lo bailao!

Carmen Serrano  |  07 de diciembre de 2013 (17:50 h.)
Fernando celebra el gol ante Puyol. By SportCartagena

Noche histórica para todos porque un humilde Cartagena bajaba a la tierra a un todopoderoso Barcelona. Desalentador fue el inicio de los culés. La circulación y la temeraria defensa del Efesé hicieron inevitable el 1 - 4.  


Lágrimas en los ojos, sentimientos a flor de piel, uñas comidas… y unos alrededores en los que no cabía un alfiler. Así estaba el estadio cuando aún faltaban más de dos horas para que el esférico rodara por el precioso manto del Municipal Cartagonova. Muchos fueron los afortunados que lo vivieron en una de las catorce mil butacas mientras otros tantos, por motivos económicos o porque debido al puente festivo se encontraran fuera de la ciudad portuaria, lo disfrutamos a través de la televisión. Todo fue salir los jugadores al terreno de juego y las gradas se vinieron abajo. Durante el minuto de silencio sólo se veían flashes y más flashes apuntados hacia unas estrellas locales que vivían, como todos los aficionados, un sueño. Una bendita y maravillosa locura.    

Alrededores del estadio dos horas antes del partido       

Alrededores del estadio dos horas antes del partido

¡Arranca el partido! Y no es la Play ni un simulacro, ¡llegó la hora!          

El Barcelona comenzó los primeros minutos muy rápido y dinámico. Mientras que el Efesé se desplegaba con un planteamiento atrevido, robando el balón y con Riau dándole intensidad y remate a un centro del campo luchando cada esférico. Fue De Lerma el que falló el primer gol a bocajarro provocando las primeras manos a la cabeza y suspiros. El técnico culé, Tata Martino, se mostraba muy tenso debido a las ocasiones que los blanquinegros estaban provocando.                 

El Cartagena buscaba la espalda de los laterales blaugranas. Los dos equipos jugaban muy verticales, exhibiendo cada pase hasta que Fernando, en el minuto 16, colocó el balón al fondo de la red. El killer, el que lleva el gol en la sangre, ejecutó un disparo entre los dos centrales poniendo a los locales por delante y desatando la euforia en todos los aficionados.     

Con el gol, el Barcelona apretaba y llegaba más a la portería defendida por Limones. Pero no hay que tentar al diablo porque con un acto reflejo felino, el meta local salvó el empate en el minuto 30. Una parada bonita. Todo el Cartagena estaba en el campo del Barcelona, arriesgándose a una contra, a una acción de peligro. Y así fue.         

Pedro empataba en el minuto 36 con un pase de Cesc Fábregas y cruzándosela a Limones por debajo. Señalar que el mérito del Efesé residía en la presión que realizaban arriba. De Lerma luchaba cada balón como si la vida le fuera en ello, lo aguantaba y levitaba por el campo haciendo de los blaugrana su peor pesadilla. Con un balón pasado por el punto de penalti, Cesc remató sin que el meta cartagenero pudiera hacer nada. Segundo gol del Barcelona y marcador en contra antes del descanso.      

Riau pelea un balón con Pedro. By Nosoloefese

Riau pelea un balón con Pedro. By Nosoloefese

En la segunda parte, el FC Barcelona salió muy tenso y concentrado. Increíble el cara a cara de los jugadores departamentales a los blaugranas. Los chicos de Luís Tevenet permanecieron unidos en todo momento, con una idea muy clara y desplegando un trabajo muy competitivo. Como un jugador de balonmano, con el pie, Limones, se quitó de en medio el tercero de los visitantes dándole un respiro al frenético partido.        

Martino se enfadaba en el banquillo por las ocasiones desperdiciadas por su jugadores o bloqueadas por los blanquinegros. Como señalaba en numerosas ocasiones Marcos López, “el Cartagena estaba muriendo con intensidad” justo cuando Pedro ponía el tercero en el marcador e iba apagando los cánticos de muchos. Disparo al palo de Dongou y con el rechace hace el cuarto. Ilusiones cerradas y un equipo que, partido a partido, acción a acción, crece como institución. Como cartagenera, orgullosa de mi Club.        

Noventa minutos que dieron la gloria a una ciudad entregada y victoriosa. Como dijo Mariano Sánchez en El Partido de las 12, “que nos quiten lo bailao porque durante media hora el sueño parecía real. Los cabreamos muy pronto y luego parecían flechas. Entraban por un lado y por otro”, concluía.        

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