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Ha sido un fin de semana en el que, tanto el Plásticos Romero Cartagena como el Efesé, han vencido en sus respectivos encuentros. Primero llegó la victoria del equipo que entrena Juan Carlos Guillamón frente al Barcelona B en la Ciudad Deportiva Gamper y al día siguiente, en el Cartagonova, frente a otro filial, el Almería B, llegó el 1-0 con un gol de Fernando que llegaba de un disparo de Megías que despejaba Víctor y el gaditano recogía el esférico para poner el único tanto del partido.              

Seis son los puntos de un equipo de fútbol sala que sin la llegada de Plásticos Romero como principal sponsor no hubiera habido disciplina en la ciudad deportiva. Poco a poco se va consiguiendo por lo que tanto se ha luchado. Por la situación económica, cada jornada que el equipo jugaba fuera, salía de viaje el mismo día del encuentro. Llegaban tras muchas horas de autobús y cansados. En esta jornada, se viajó el día anterior, se pernoctó en un hotel y llegaron al parquet despejados. Se venció. ¿Será ésta la fórmula de la victoria?      

Y ahora centrémonos en el Cartagena. A estas alturas no discutiremos si el equipo que entrena Luis Tevenet juega bien, juega mal o directamente no juega a nada. Lo que vale es que se consiguieron, en una tarde fresca y lluviosa, unos tres puntos que valen oro y que ponían al equipo a tres de los puestos de play-off. Jornadas anteriores se empezaba con un marcador en contra y sufriendo conforme avanzaba el marcador y los goles no llegaban. Con épica y remontada se terminaba venciendo.

Una cosa que he aprendido es que no hay que mirar jornadas atrás. Sí, estamos de acuerdo que sufriendo ganábamos pero fue una tarde de fútbol gris, que también meteorológicamente hablando, y se ha conseguido una victoria que merecía una derrota por el juego demostrado en el césped del Municipal. El entrenador, a la conclusión del partido, señaló errores y virtudes de sus jugadores y del contrario. Lo más destacado que pronunció fueron las palabras de que “este equipo es de gente humilde y currante, con un escudo que pesa mucho”. Pues eso. Todos los jugadores llegaron con una ilusión desbordante y los veteranos terminaron de contagiar ese espíritu vencedor. Con un verano un tanto convulso que ya está olvidado, lo que vale es sumar cada semana una victoria, sea con remontada o sin ella, con Fede metiendo los goles o sin él, con épica o sin ella.       

Si somos currantes y humildes, no lanzaremos las campanas al vuelo. No vale presumir día a día del juego, de los rivales o de los goles. Domingo a domingo, lo que queda es ir ascendiendo en la tabla y no recibir goles en contra. En la última jornada, entonces, cuando ya estemos disputando los play-off y en el minuto 90, sí presumamos de un Club que ha llegado a su objetivo, la categoría de plata.