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Apenas eran las seis de la mañana y la estación del tren de la ciudad portuaria estaba que no entraba un alfiler. 352 valientes se montaban en unos vagones rumbo a Barcelona Sants. Pero la cosa no quedaba ahí. Una hora más tarde, diez autobuses más el de los trabajadores de Refinería salían de la explanada del Cartagonova. Comenzaba el sueño. Twitter se revolucionaba, cuando aún no había amanecido, con imágenes de los aficionados, hashtag animando al equipo o twets de seguidores que por trabajo, estudios o incompatibilidad de horarios les era imposible estar en el Camp Nou.

El autobús del Cartagena llegó al estadio y ahí estaban los aficionados para aplaudirles. Sin palabras. Empezó a rodar el balón y a los tres minutos, Savu paró un balón a bocajarro. Pellízcate. Cartagenero, abre bien los ojos porque a los diez minutos de la primera parte, el Cartagena aguantaba la presión de los blaugranas como auténticos jabatos. Se oían los gritos de ¡Efesé, efesé! a través de la televisión y ni Neymar puso superar la barrera en una falta. El partido se desarrollaba con normalidad. Era más nuestra ansiedad de ver el esférico al fondo de la red que el pase de lo minutos. Zurdo lanzaba una falta cometida sobre Megías y el poste se interpuso. ¡Nooooo! Manos en la cabeza, gritos clamados en el cielo y el primer ¡Uuuuuy! Pero es que no habían pasado ni dos minutos cuando era el propio Megías, de cabeza, quien remataba al palo. Y fue Pedro quien puso el 1-0 sin que Savu pudiera hacer nada.

Empezó la segunda parte y, por qué no decirlo, los bemoles que le echaba el equipo de Tevenet eran insuperables. Pero en el minuto 67, Mariano Sánchez tocó un pase de Tello y el esférico acaba colándose al fondo de la red. Segundo gol del Barcelona. Martino no quería conformarse con ese resultado y sacó a Iniesta y Alexis. Fue Neymar el que cerró el resultado final con un 3-0.
El trabajo descomunal en defensa de los blanquinegros y la garra demostrada en los 180 minutos de eliminatoria es algo muy admirable. Tanto es así, que hasta Bakero, narrador de La Sexta, se sorprendía de la tan fiel afición y de que no dejaban de animar ni un solo segundo. Nos quedamos sin Copa, pero con la cabeza bien alta.

Por eso y por muchas más alegrías que este equipo da a la ciudad, ¡Efesé, gracias por este sueño!