28 de Septiembre de 2009. El F. C. Cartagena de Juan Ignacio Martínez ha arrancado su periplo en la división de plata de la mejor manera posible. Pero, ¿es fruto de la casualidad? ¿es un espejismo? ¿es un equipo de moda que no tardará en desinflarse?. Los próximos rivales despejarán todas estas dudas: Llegan Betis, Villareal B y Cádiz.

Esa mañana soleada en el Benito Villamarín (o Ruiz de Lopera, o Villamarín de nuevo) estaba llamada a ser un punto de inflexión clave en las realidades de un equipo albinegro que sí, que venía líder, que tenía hambre de éxtitos, pero que hasta ahora no se había enfrentado a un “coco” como era el Betis. Y contra todo pronóstico, para alegría de una marea albinegra que poco a poco se daba a conocer por los campos de España y por las cámaras de Canal Plus, el Efesé dio un recital de juego que aún maravilla a los que seguimos visionando esos partidos grabados a lo “abuelo cebolleta”.

 

Y es que los de JIM fueron mejores que los de Fernández Tapia en todo el encuentro. Contra once, contra diez y contra nueve el equipo cartagenero fue mucho mejor y sólo le faltó un poco de puntería y atrevimiento (pesaba mucho eso de ganarle al Betis en su campo esa mañana), para llevarse los tres puntos. 

Lo mejor del encuentro es que sin duda el Cartagena demostraba de esta manera que su liderato en la liga BBVA no era fruto de la casualidad, y lo hizo en un campo tan difícil como el verdiblanco, llevando el peso del partido durante muchos minutos y permitiéndose la licencia de perdonarle la vida a un equipo que costaba, por aquel entonces, más de 33 millones de euros, frente a los 4,8 del Cartagena.

Con este panorama, la visita a casa del Villarreal B (un equipo formado por todos los chavales y no tan chavales que aspiraban a jugar en lo más alto en el primer equipo de Castellón), se presentaba a priori más que cómoda para el Cartagena, el cual, jugando en su línea no tendría problemas para amarrar los tres puntos y seguir en lo alto de la clasificación.

Sin embargo, si algo te enseña el fútbol, es que nunca debes subestimar al rival, y aunque el Villarreal B llegaba bailando peligrosamente con los números del descenso, las bajas “obtenidas” en el Villamarín y un juego un tanto espeso por parte de los nuestros, hizo que, como ya ocurriera hace una semana en tierras sevillanas, el equipo pequeño saliera con un botín de un punto de casa del grande, y por tanto, un nuevo 0-0, esta vez en casa, que valía para sumar otro punto y para bajar un poco los humos albinegros, ya que se cedía el liderato a favor del Betis (ahora nos acordamos de la falta de puntería) y Recreativo de Huelva.

 

Tocaba entonces semana de reflexión. El equipo había sumado dos puntos de seis posibles y sin embargo seguía en los puestos de ascenso directo a Primera División. El equipo había logrado 0 goles en dos partidos, y sin embargo seguía en puestos de ascenso. El equipo era de los más pobres de la categoría y seguía en ascenso… entonces: ¿Por qué no creer en el ascenso?

Pues para mí esta fue una de las principales bazas importantes de Juan Ignacio Martínez. Un hombre que sabe en todo momento lo que tiene que decir, a quién se lo tiene que decir, y cómo y cuándo se lo tiene que decir.

JIM es uno de esos entrenadores Guardiolistas que no les gusta meterse en marrones, y que basa su éxito en el trabajo físico y sobretodo psicológico de los jugadores. Tanto es así que en medio de estas circunstancias de dos pinchazos, supo recomponer al equipo para visitar el siempre complicado estadio del Carranza para verse las caras con nuestro hermano equipo Gaditano (digo hermano porque las trayectorias deportivas de los dos equipos, Cartagena y Cádiz, han ido de la mano las últimas campañas).

Rubén, Txiqui, Pablo Ruiz, Cygan, Clavero, De Lucas, Mariano Sánchez, Longás, Lafuente, Víctor y Toché se  presentaban como el once ideal que debía calmar los ánimos más pesimistas (y típico por qué no decirlo) de una afición cartagenera que anima sólo ante lo bueno y que se mordía las uñas ante este encuentro viendo como Real Sociedad, Rayo y Hércules daban caza a los puestos de cabeza.

Sin embargo, estos 11 hombres, más Héctor, Tato y Falcón, redondearon un partido perfecto en tierras gaditanas y el equipo de JIM cosechó una victoria aprovechándose al máximo de sus oportunidades y sólo le faltó sumar otro gol (a los tres de Víctor, De Lucas y Toché) para ponerse por encima de la Real Sociedad y liderar de nuevo la clasificación.

 

 A todo esto…. ¿Nadie echa de menos algo? ¿A nadie le parece extraño que hablo de todos los equipos menos de…? ¿Nadie va a levantar la mano y preguntar por….? ¿Y EL MURCIA??

Bueno pues aunque no corren tiempos favorables en cuanto a posibles comparativas actuales de los dos equipos (tenemos las de perder), nos centraremos en lo estrictamente vivido y ocurrido por aquel entonces, ya que esta sección se llama “Hoy hace tres”.

De esta manera, mientras el Efesé se columpiaba como una niña pequeña en un columpio de felicidad, liderato, televisión y sonrisas, nuestro vecino y “amigo” equipo Murciano vivía todo el calvario y el infierno que se puede vivir. El equipo no ganaba en casa desde hace 3 meses, la clasificación lo dejaba en puestos de descenso directo a segunda B junto a Celta (increíble) Villarreal B y Castellón. Y por si fuera poco para los pimentoneros, las comparaciones deportivas no tardaron en hacerse públicas entres las entidades de Paco Gómez y Jesús Samper.

Así, bajo el titular de “El Cartagena se lo cree y el Murcia tira la toalla” (durísima reflexión de la prensa Murciana), el diario As publicaba este cuadro comparativo:

 

Sin embargo (y os prometo que ya acabo este capítulo) quiero finalizar con una reflexión personal: Y es que si algo me han enseñado todos estos años como aficionado, socio y seguidor del Efesé, es que lo que el fútbol te lo da, el fútbol te lo quita, y los mayores años de gloria deportiva en nuestra ciudad portuaria han venido justo cuando hemos dejado de mirar hacia el otro lado del puerto de la cadena y hablemos claro, cuando nos hemos curado esa “Murcianitis” que siempre hemos tenido y que aún nos persigue.

Al Barcelona de la era Gaspar le duró la “Madriditis” algo más de 6 años. Ver a Figo presentando su camiseta como madridista bombardeó los cimientos de un equipo que sólo sabía llorar, quejarse y hablar del Madrid. Y hasta que no llegó Frank Rijkard de la mano de Laporta y cambió esa mentalidad, el equipo culé no levantó cabeza (mirad lo que ocurrió luego).

Por ello, y cueste lo que cueste, debemos empezar a pensar en nosotros mismos, a quitarnos la espina y la etiqueta de equipo pequeño y demostrar, como ya lo hemos hecho antes, que como equipo, afición y club podemos aspirar a cualquier cosa. Que el Fútbol Club Cartagena es un equipo serio, que tiene una gran afición y que podemos volver a estar arriba a base de esfuerzo, trabajo y sobre todo, UNIÓN. 

Fue esta unión entre club y afición (volvemos a la gloria del 2009), la que nos hizo estar arriba, la que nos hizo vivir nuestros mejores años deportivos y la que nos hizo pasar por encima de nuestros siguientes rivales, tales como el Celta de Vigo, La Unión Deportiva Las Palmas y…. el Real Murcia.

Ya os lo cuento, si queréis, en los siguientes capítulos del “Hoy Hace Tres…”.

Saludos.