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Está visto que nuestro querido Efesé pretende hacernos sufrir durante los partidos caseros. Llevamos tres de liga ya y uno de copa y la tónica general han sido los fallos albinegros en ataque y en defensa, que los rivales se adelanten y que los nuestros tengan que bregar con la remontada y los nervios de la grada.

Y este domingo, a una hora criminal para los espectadores, y me imagino que para los jugadores, no ha sido menos. Hasta 0-2 se adelantó el equipo del Arroyo de la Luz (con 3 fieles seguidoras en las gradas y un infiltrado vestido de arlequinada), pero al final la heroica apareció en el estadio municipal y Fede, disfrazado de gladiador romano o de luchador cartaginés, consiguió marcar dos goles que a la postre han servido para aplacar al público, a los jugadores y cuerpo técnico y a los que ya murmuraban por la grada que ojito que el dueño del club como se le calentase la mano.

Y eso que el partido comenzó muy bien, con la sorpresa de Marcos Rodríguez (lo de este chico es para hacérselo mirar, puesto que no gana ningún balón, no distribuye juego y a veces parece que casi estorba) y Carlos David en el centro del campo, y Megías en la delantera. En los primeros 10 minutos, dos ocasiones claras de Fede, sobre todo la segunda, que acabó en el palo y que Megías no pudo aprovechar, daban la sensación de que por fin veríamos al efesé adelantarse y no jugar con el marcador en contra. Pero poco a poco el juego se fue equilibrando, y en una jugada polémica por posible falta a Alex Cacho, llegó el gol extremeño, de los pies de Santi Polo. De nuevo a remar contracorriente, como nos está pasando en casi todos los partidos.

Tras el descanso, sin cambios, y con poco que contar en los primeros minutos, salía De Lerma por Carlos David, batallador en el centro del campo, y al poco llegaba el segundo del equipo visitante, de nuevo con una defensa blanda de los albinegros, por cuenta de Juanfran. Justo en ese momento, Tevenet decidió jugársela al todo por el todo, y dio entrada a Riau y Fernando, por Menudo y Zurdo. Y a partir de ahí, del minuto 60, el Arroyo se disolvió como un azucarillo y creció el F.C. Cartagena, con más coraje que calidad. De magistral saque de falta Riau marcó un golazo por toda la escuadra, y tras una jugada de tesón Fede puso el empate. Incluso tuvo otra el ariete argentino pasados unos minutos, tras paradón del portero albinegro Limones, pero en vez de dar el último pase a Fernando prefirió tirar y ahí Juanma, el portero cacereño (que paso sin pena ni gloria por el estadio) atajó la oportunidad.

Parecía que la cosa acabaría así, pero en el minuto 87 se autoexpulsó el visitante Ruano y en una de las mejores jugadas del partido, con toque y profundidad, Antoñito puso el balón al área y Fede metió la caña para poner el 3-2 y llevar el éxtasis a las gradas de un Cartagonova hasta el momento acalorado y sufridor.

Importante victoria la de esta semana, que ayuda a mirar más hacia arriba que hacia abajo, y que de seguro animará a los chicos de Tevenet a tener más confianza en ellos mismos.

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