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1925

La inauguración de El Almarjal

Desdemigrada  |  11 de agosto de 2012 (18:21 h.)

Entre los años 1925 y 1987 el Cartagena Fútbol Club (conocido popularmente como "Efesé") disputó sus partidos en el campo de fútbol de El Almarjal, que estaba situado en el Ensanche, junto al Paseo de Alfonso XIII. Actualmente en estos terrenos se ubica un hipermercado.

En 1924 se fundó la Federación Murciana de Fútbol. La creación de esta nueva entidad acentuó la rivalidad entre el Real Murcia y el Cartagena que pugnaban por lograr el campeonato regional. El ganador de este torneo tenía derecho a disputar el Campeonato de España.

Se da la curiosa circunstancia de que ambos equipos construyeron un nuevo campo de fútbol con una diferencia de apenas nueve meses. Estos dos terrenos de juego se convirtieron en emblemáticos. Durante la mayor parte de su historia el Real Murcia ha estado ligado al estadio de La Condomina y el Cartagena F.C. al estadio de El Almarjal.

Construcción en tres meses

La historia de la construcción del nuevo “Stadium” (nombre por el que se conoció en un principio el campo de El Almarjal) fue breve pero intensa, ya que en tres meses, desde junio hasta septiembre de 1925, fecha de su inauguración, se produjeron unas serie de circunstancias que hicieron que se levantara una gran expectación durante su construcción.

La inauguración de El Almarjal se produjo el 19 de septiembre de 1925 con un encuentro que enfrentó al Cartagena y al Valencia. El partido, que fue presenciado por miles de espectadores, finalizó con victoria del equipo visitante por 1-4. El primer tanto de la historia de este campo fue conseguido por el cartagenerista Ramón.

 El Cartagena F.C. jugaba desde su fundación en un campo que estaba situado en el Paseo de Alfonso XIII, junto a la Plaza de España. El terreno había sido arrendado por la directiva cartagenerista a José Maestre. En este lugar se ubica actualmente el Colegio Santa María Micaela Adoratrices.

Al finalizar el contrato entre la directiva cartagenerista y José Maestre, una persona importante de la sociedad cartagenera que estaba interesada en la cesión de aquellas tierras para su uso particular, interpuso su influencia para gestionar que le fueran arrendadas a él. Esta cesión no se llevó a cabo (tal vez por razones de índole privada).

Intento de fusión

Carlos Ávalos, presidente del Cartagena, intentó llegar a una solución para lograr la renovación del contrato pero, finalmente, José Maestre se negó sin una causa aparente que justificara su decisión, ya que hasta el mismo propietario apreciaba la existencia de un compromiso moral (y hasta material) que le obligaba a reconocer que el Cartagena F.C. poseía el derecho de seguir disponiendo de aquellas tierras.

Paralelamente, algunas personas de la ciudad pensaron en una fusión de clubes, decisión que contó con la negativa del Cartagena F.C. que no fue invitado. De haberse producido esta unión el Cartagena hubiera desaparecido, algo que los miembros de la Junta Directiva no estaba dispuestos a permitir por el gran prestigio que había adquirido el club en la ciudad y por el gran número de aficionados que simpatizaban con sus colores.

El Ayuntamiento cede los terrenos

Ante el convencimiento de que el Cartagena F.C. iba a perder todos sus derechos sobre el campo de la Plaza de España, la Junta Directiva solicitó oportunamente al Ayuntamiento la cesión de unos terrenos para que el club pudiera disputar los partidos de la temporada 1925/1926. De no haber dispuesto de un terreno de juego debidamente acondicionado, el Cartagena F.C. hubiera perdido la categoría en la que militaba (Primera División Regional).

El Ayuntamiento aceptó la petición y cedió a la Junta Directiva unos terrenos de 30.000 metros cuadrados, emplazados en la zona de El Almarjal (a la izquierda del paseo que conducía a la Estación de Ferrocarril) para que el club construyera en aquel lugar su nuevo campo de fútbol.

 El objetivo era que el campo de fútbol tuviera capacidad para 12.000 personas. El coste total de la obra ascendía a 200.000 pesetas. Un medio de comunicación de la época recogía las principales características de la instalación.

“Será de 110 metros de longitud por 74 metros de ancho. El terreno de juego estará circundado por una faja de terreno de 6 metros de ancho, limitada por una valla, de separación con el público. Cuatro cuerpos de gradas formarán el conjunto de las construcciones. Los lados Este y Oeste estarán formados en toda su longitud con un banco corrido o asiento de pista que precede a dos hiladas de sillones que tienen exactamente el mismo recorrido.

Las gradas

Posteriormente a la segunda fila de sillones, y dejando un paso de servicio, se eleva un murete en que han de descansar las vigas que formarán el entramado que ha de sustentar los 17 escalones que formarán el graderío en la parte Este (General) y los 13 escalones y tribunas que van en la parte Oeste. Esta crujía llevará una cubierta de uralita y hierro. Las partes Norte y Sur estarán formadas por unas gradas de siete filas y el acceso al terreno de juego se dará por los cuatros ángulos.

El sistema adoptado de construir las gradas en hueco por su parte inferior, da la ventaja que se puede utilizar los grandes espacios cubiertos que así resultan, para toda clase de dependencias, como sala de vestuarios para los equipos, referee, baños, enfermería, Directiva, conserje, almacenes, etc.

Instalaciones auxiliares

El acceso a las gradas se dará por escaleras interiores que vienen a desembocar al pasillo general de distribución en toda la longitud del graderío; también se deja un pasillo de ronda que circunda todo el espacio que ocupa la parte destinada al fútbol y separa ésta de la destinada a tenis y gimnasio, a derecha e izquierda de la entrada principal, y en la separación de los dos campos de tenis, se formarán unos macizos de jardín. El gimnasio cubierto quedará en la parte inferior de las gradas del Norte, disponiendo también de un área descubierta para los ejercicios que así lo requieran”.

La obra del estadio fue ejecutada, pero las instalaciones auxiliares quedaron en proyecto.

 Dada la premura de la situación las obras del estadio se ejecutaron en un plazo de poco más de tres meses, entre junio y septiembre de 1925.

26 de mayo: Medición de los terrenos.

6 de junio: Se inicia la construcción del estadio bajo la dirección del maestro de obras Francisco Huelgas Casanova. El objetivo era que la instalación fuera inaugurada al comienzo de la temporada.

16 de julio: Finalizan las gestiones entre José Maestre, propietario de los terrenos del Campo de la Plaza de España, y el Cartagena F.C. El club solicita autorización para desalojar sus pertenencias para poder utilizarlas en el nuevo terreno de juego que se estaba construyendo. Finalmente pudo recuperar sillones, bancos, tribunas, porterías, vallado interior y otros objetos que el club consideraba que podían ser útiles.

26 de julio: El Cartagena F.C. celebró una Junta General Extraordinaria donde se trataron los siguientes asuntos:

1) Construcción del nuevo Campo de Fútbol “Stadium”.

2) Modificación del Reglamento relativo a los socios.

El presidente, Carlos Avalos, dio cuenta de las gestiones efectuadas para la construcción del nuevo campo. Posteriormente leyó el contrato y agradeció públicamente el apoyo del Ayuntamiento, que además de aportar los terrenos, colaboró con una subvención de 3.000 pesetas. Un periódico de la época refleja que “la Asamblea escuchó con verdadera complacencia el relato de todo lo hablado mostrando al fin su aprobación sincera y entusiasta a todas esas ardua gestiones que señala un nuevo y feliz derrotero para el deporte local”.

Finalmente se aprobó la modificación del artículo referente a los socios. El club estableció varias categorías: honorarios, protectores, de número y propietarios de primera y segunda categoría. Los socios de primera categoría abonaron 500 pesetas por una tribuna (doce de ellos la pagaron en el acto), mientras que los socios de segunda categoría pagaron 250 pesetas por un sillón numerado.

19 de septiembre: Inauguración del estadio.

El partido de inauguración de El Almarjal causó una gran expectación. Los primeros espectadores (algunos de ellos desplazados desde otras localidades) llegaron al estadio dos horas antes del encuentro. En los minutos previos se vio una estampa entonces muy poco habitual: cientos de personas que aparecían desde todas las direcciones entraban lentamente en la nueva instalación.

Poco después de las cuatro de la tarde apareció en el terreno de juego el maestro de ceremonias, Carlos Calderón, con una sección de exploradores. Acto seguido entró la comitiva a cuyo frente se situaron los representantes del Ayuntamiento (los señores Mediavilla, Meca y García Manchón). Después seguía una representación de la Federación Regional de Futbol encabezada por su presidente, Miguel Ángel Cremades; los representantes del Valencia F.C.; la directiva del Cartagena F.C. y los presidentes de los equipos locales: Stadium, Lisvert, Comercial, Peral y Centella. Todos ellos se sitúan frente a la Tribuna de Honor ocupada por las autoridades del Municipio, de la Marina y del Ejercito.

Una vez en el terreno de juego se destacaron simultáneamente, de una parte los presidentes de la Federación Murciana y del Cartagena, Miguel Ángel Cremades y Carlos Avalos para acompañar al representante del Episcopado, Francisco Cavero, y de otra parte, Esteban y Carlos Calderón acompañados de dos exploradores que ofrecieron sendos ramos de flores a la madrina del campo, Maria Luisa Navia Ossorio y a Caridad Gómez, encargada de hacer el saque de honor (Caridad Gómez también realizó el saque de honor en el último partido que se jugó en El Almarjal 62 años después).

Bendición del terreno de juego

Seguidamente el arcipreste, Francisco Cavero Tormo, bendijo solemnemente el nuevo terreno de juego. Durante el acto la banda de Infantería de Marina ejecutó una marcha. También fueron bendecidos todos los atributos del campo: la bandera nacional, el banderín del club, etc. Después de la ceremonia desfilaron ante la directiva del Cartagena los miembros de los clubes locales que ofrecieron un banderín dedicado a la directiva del Cartagena, y sendos obsequios a María Luisa Navia y a Caridad Gómez.

Terminada la ceremonia la comitiva se dirigió a la puerta de entrada. Posteriormente se izaron la bandera nacional (mientras sonaban los acordes de la Marcha Real) y el banderín del club. Finalmente, el público prorrumpió en una ovación cerrada. Una vez terminada la ceremonia entraron en el terreno de juego los jugadores del Valencia y del Cartagena.

 

Pasadas las 16:15 horas entraron en el terreno de juego los jugadores del Valencia y el Cartagena. En primer lugar saludaron al público y posteriormente dieron una vuelta alrededor del terreno de juego saludando a los espectadores y dando “hurras” a Cartagena y Valencia. Después del intercambio de banderines entre los capitanes de ambos equipos (Batista y Esteban), Caridad Gómez realizó el saque de honor. Las alineaciones de ambos equipos fueron las siguientes:

Cartagena: Amadeo (Florencio Batista); Juan Batista, Grau; Florenza, Ramón, Dioni; Jorge, Piñera, Marín, Fandos y Bayo

Valencia: Cano; Reyes, Garrobé; Amorós, Molina, Esteban; Arróniz, Ródenas, Rino, Ramón y Peral

El partido finalizó con victoria del Valencia por 1-4. El primer gol de la historia de El Almarjal fue conseguido por el cartagenerista Ramón tras ejecutar un lanzamiento de falta. Al descanso se llegó con el resultado de 1-2 favorable al Valencia. En la segunda parte los valencianos aumentaron su ventaja gracias a dos goles de Ródenas. La incidencia más notable fue la lesión del portero local Amadeo, quien fue sustituido por Florencio Batista.

Segundo partido

Al día siguiente el Cartagena y el Valencia disputaron un segundo encuentro que finalizó con el resultado de empate a un gol. El Almarjal volvió a registrar una excelente entrada pese a que el partido coincidió con una corrida de toros. Este encuentro, al igual que el anterior, fue dirigido por Francisco Wandosell.

Cartagena: Florencio Batista; Juan Batista, Grau; Florenza, Ramón, Dioni; Jorge, Serrano, Marín, Fandos (Marino) y Bayo

Valencia: Cano; Reyes, Garrobé; Amorós, Molina, Esteban; Arróniz, Ródenas, Rino, Ramón y Peral

El Cartagena se adelantó en el marcador al transformar Juan Batista un penalti cometido por Reyes sobre Fandos quien se tuvo que retirar lesionado. Posteriormente el Valencia dispuso de un penalti a favor que lanzó Rino y detuvo el portero local. Finalmente los valencianistas lograrían el gol del empate por mediación de Ródenas tras rematar un saque de falta. El público protestó esta acción por entender que la infracción no había existido. Las protestas motivaron que el juego fuera interrumpido durante varios minutos.

Por la noche el Ayuntamiento obsequió a ambos equipos con una ligera cena. De este modo culminaron los actos festivos de la inauguración del campo de El Almarjal, un estadio que en décadas posteriores acogió los éxitos más importantes de la historia del Cartagena "Efesé".

Un derbi con el Murcia, en el que aficionados del Murcia y del Efesé se sentaban juntos. 

Fuente y fotos : www.regmurcia.com

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