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El día que juega el Efesé, uno se levanta ilusionado, es de las primeras cosas que te vienen a la mente: “ hoy juega mi Cartagena “.
Tomando ya el cafelico uno lo acompaña leyendo la prensa deportiva cartagenera, y últimamente leyendo las previas de esta web. Éste está lesionado, seguro que saca dos puntas, el mediocentro, la afición va a responder, etc.... pensamientos que te vienen y que te hacen disfrutar de ese momento.
Durante el día, uno pasea, compra empanadillas para la comida en familia, va a sitios tan maravillosos como La Azohía, o disfruta con los zagales en algún parque, pero el Efesé sigue en tu cabeza.

Ya con el Martini o en mi caso una cervecica (nunca Estrella de Levante), vas contando las pocas horas que quedan para el comienzo del partido, y uno vuelve a pensar: Seguro que el otro equipo se encierra atrás, este árbitro nos va a coser a tarjetas...En fin, que estás todo el día con tu sentimiento efesista.

Cuando marcho hacia el punto de reunión antes de entrar al estadio, esbozo una sonrisa mientras conduzco ya que me encontraré con mis colegas del “ furbol “ y nos tomaremos entre risas y buen humor algún gin tonic, asiático o lo que nos entre bien una horica antes del partido. Ese momento es muy chulo ya que compartes historias y anécdotas con tu colegueo.

Ya de camino al estadio, y en mi caso cruzando los descampados de la zona de poniente del estadio, me empieza a entrar el hormigueo por el estómago, voy a ver a mi Efesé, a esos colores albinegros que desde que tengo uso de razón me han acompañado entre otras cosas importantes de mi vida.
Sigues saludando a gente conocida, amigos, familiares... si te da tiempo, pues te tomas el último golpecico en “el marrano“ y vas entrando ya en todo el ambiente mágico que supone reencontrarte con tu equipo tras 15 días.
Subes la rampa de acceso hacia la puerta de entrada, pasas por el torno, y “guauuuu“, el olor a césped, para mí es especial, no sé lo que tiene ese momento, pero me enciende la sangre albinegra.

Vas hacia tu butaca, coges la revista de “Perry“ y la lees rápidamente mientras los equipos abandonan el césped para el vestuario. Te acuerdas de cuando vendían el “Donati-gol“, de la Peña La Uva Jumillana, de La traca de petardos que ponían, y cientos de cosas que en otro momento contaré. Los equipos saltan al campo, dicen las alineaciones por megafonía, el corazón se te acelera y el partido se pone en marcha. Es como el comienzo de una montaña rusa.

Le deseo todos los éxitos deportivos al Cartagena, pero el sentimiento albinegro lo he vivido por igual desde segunda división hasta preferente, por eso, porque ya está puesto a prueba, pienso que es incurable.

Aprovecho esta oportunidad que me brinda esta web, para invitaros a que como yo, contéis vuestros sentimientos albinegros y leamos las experiencias de unos cuantos buenos efesistas.